Isidora Villalobos, poesías, cuentos y demases.: La mujer en la pintura... mujeres que contemplan desde el pincel la vida

lunes, 30 de julio de 2012

Dali- Murillo Chicharro -Picasso

Gabriela Mistral y la prosa ("Prosas en El Mercurio")

Gabriela Mistral: “Contesté que mi prosa no existía….

El criterio de rector periodístico de Silva (Director de El Mercurio entre 1907 y 1911) daba algunas sorpresas como ésta: hace dieciocho años, él me invitó , a mí, que no escribía prosa, a colaborar en su diario. Le contesté que mi prosa no existía, que no existían sino mis versos, y éstos, a medias. Y tuve de él una curiosa respuesta que he desentrañado en su sentido más tarde:

“Un poeta posee siempre el derecho a escribir en prosa. Es un derecho esencial, y no de ocasión. Si escribe mal un artículo, sus síntesis o sus metáforas le salvarán siempre. El poeta es el verbo en función de síntesis y esa forma del verbo yo la estimo por encima de todas….

Por estas razones muy suyas, me llevó a escribir prosa y me hizo un sitio a su lado, con su llaneza de Maestro criollo, dejándome por ello bastante asombrada hasta el día de hoy…..

IMPRESIONES II

“ANGEL ORIENTADOR”

Discutíamos fuerte, que importaba que alguien al pasar escuchara, ya estaba aburrida que no quisiera entender lo que desde hacía unos meses era evidente, por eso esa tarde, cuando casi ya no había nadie la esperé. No estaba sola ella estaba a mi lado, por eso me gritabas, “que ella no te gustaba”; “que era una mala junta”; “que no la querías ver más conmigo”, sin embargo, esto no era sólo del momento, por eso sentía que era el instante de decirlo de una vez, lanzarlo, sin meditar, que sólo saliera de mi boca: “yo ando con ella, me gustan las mujeres”. Tú te quedaste perpleja, no se si me sentí feliz de reconocerlo, ahí en medio de la tarde, comenzaba a lloviznar, hacía frío o si me sentí dolorosamente libre de gritarlo.

Una lágrima comenzó a rodar por tu mejilla, lentamente, y luego otra, otra, otra…

Por un momento se produjo el silencio, sólo sentí en mi alma el rodar imperceptible de tus lágrimas. Y como si fuera poco vuelvo hacia atrás y digo que desde hace tres años son las mujeres las que me atraen y remato: te culpo, no me dabas permiso para salir, no aceptabas a mi pololo cuando alguna vez intenté revertir las sensaciones, cuando alguna vez, quise sentir algo distinto.

Me ofreces permiso para salir, para pololear, para que a pesar de tus miedos me pase algo para que yo pueda volver a ser normal, ¿esto es la anormalidad? Soy distinta, ¿es ésto una enfermedad? De golpe la realidad que hace sufrir, cuántos más sufrirán por este despertar…

Mi madre llora… no entiende… no acepta… sus lágrimas... me confunden, ¿qué debo hacer?… ella me gusta, me confunde... quiero tener una oportunidad, eres mi madre, siempre, lo serás… soy tu hija, la de los sueños, tu princesa. Cuando sea mamá, si tengo una hija, quiero que sea como tú y que encuentre el amor en un hombre que la ame y la respete.

Estoy confundida, no quise provocar sus lágrimas ni tu dolor, estoy confundida.

Dios, si existes, ¿me puedes enviar un ángel?

Isidora Villalobos, poesías, cuentos y demases.

lunes, 30 de julio de 2012

La mujer en la pintura... mujeres que contemplan desde el pincel la vida

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